jueves, 21 de febrero de 2008

Cultura general


Es importante en la vida conocer los aspectos que forman parte de nuestra cultura, no para enriquecer el espíritu, ni para saciar la sed de conocimientos propia del género humano, sino para tener tema en los cumpleaños y reuniones.


Es importante saber el nombre del cantante que cantaba la canción: "...no la dejes ir, no la dejes ir, por que te lo digo yo, ¿quien es? Violeta...", uno de bigotitos finos y una cabellera tupida como si se hubiera hecho una permanente.

El nombre de este individuo era Alcides, que en la película Sexto Sentido el pequeño actor Haley Joel Osment lo nombra en la famosa escena donde está acostado en la cama tapado con la manta, ahí le dice a Bruce Willis el nombre y apellido de este sujeto; Alcides People. Ahí nos enteramos de su apellido. Alcides ahora tiene un canal de televisión por cable con un socio, este canal es People and Arts, a su vez su socio es descendiente directo de uno de los dos ingleses que fundaron en el siglo XIX el movimiento artístico Arts and Crafts. Juan Carlos Arts también tiene un programa de televisión en el cual le enseñan a los niños a ser pelotudos pero por lo menos sin andarse drogando, llamado Art Attack, su socio en este emprendimiento; Roberto Attack es conocido también por su banda de música originaria de Bristol con su socio Víctor Massive.

La vida gira en torno a la capacidad de mantener conversaciones en los cumpleaños, nada más que eso. Por eso aprender es importante.

lunes, 18 de febrero de 2008

Para diseñadores


Este video es exclusivo para diseñadores gráficos, para que se lo muestren a sus clientes en esos momentos donde te cagan todo el trabajo que venís haciendo.



¿Alguien sabe el teléfono de esta mina?


Dejemos de lado el humor por un momento y dejemos de lado el verdadero propósito de este blog, que la verdad no se sabe cual es, pero seguro que no tiene nada que ver con el ratoneo. Porque no hay otra forma de denominar lo que provoca en mí este comercial, sin más preámbulos la dejo con ustedes; ¡¡¡qué divina!!!



Espectáculo Robertesco

Era viernes por la noche, me dirigía a un cumpleaños de 15 en una estancia en Florida mientras en la soledad de mi Fusca pensaba para mi “yo interior” (porque ya me encontraba fuera de Montevideo, sino sería mi “yo capital”): “¡Fueron a jeder lejo esto narice!”, pensaba yo, a propósito, me estaba cagando, condición que dirigía mi pensamiento hacia la negatividad y el fastidio. Pasaron los kilómetros, la neblina era espesa y cada vez me estaba cagando más, a propósito, había tomado mate y un vaso de licuado de ciruela y durazno de mañana. Entonces no aguanté más y detuve el coche, descendí y avisté unos pastizales, hacia ellos me dirigí con una pequeña linterna que tuve la precaución de llevar, no vaya a ser que pisara algún sorete en la puerta de la estancia.

Caminé unos metros, la linterna iluminando hacia adelante, como viendo hacia un futuro próximo, en ese futuro me veía a mi cagando, pero sin embargo una imagen interrumpió mi poesía de dos pesos, había otra persona cagando, alguien más, un extraño, y vi la cruel realidad; no existe imagen más patética que un hombre cagando, ya lo dijo el Papa Jazzy Mel XVII en el año 250 A.C., (el único Papa anterior a cristo que se conoce, sin duda un adelantado), este dice en la carta a los Johnnys Tolengos, salmo 11: “...He ahí un hombre cagando, no le extiendas tu mano, a la mujer vaya y pase, pero al hombre no lo socorres...”, y ya lo sostiene en el salmo 28: “...Y mucho peor si con tu lumbre divisas la caída del sorete, ¡que espectáculo robertesco!...” (a este tipo de cosas se le llamaba así por uno que escribía como el Dante antes que el Dante existiera: un tal Roberto Cipollatti).

monoconescopeta responde inquietudes


monoconescopeta como siempre responde a las inquietudes de nuestros lectores, por eso en este caso respondiendo al mail envíado por Daniela de 38 añitos, del barrio Piedras Blancas adjuntamos las ocupaciones actuales del elenco de Jugate Conmigo.

Romina, Ana, Carla, Felicitas, Pamela, Hernán, Andy, Gaspar, Eric, Octavio y Luciano

Romina: trabaja con su papá y su mamá, supo ser gorda.

Ana: se exilió en algún lugar del Tibet, pero se fue porque no habían Beldent, videt, ni ballet.

Carla: es bailarina en un cabaret de la ciudad de Pelotas, en sus horas libres conduce una camioneta de escolares.

Felicitas: está casada y tiene 12 hijos, 8 varones y 4 nenas, el séptimo hijo varón es puto y se llama Yamila

Pamela: fue a comprar cigarrillos y nunca la volvieron a ver.

Hernán: no les puedo mentir, conduce un programa de bailanta y se mueve a una gata que no se puede creer.

Andy: está enfermo del corazón pero juega al soccer igual.

Gaspar: se compró un camello y tiene un trabajo zafral muy bien remunerado en un pesebre viviente, el resto del año boludea.

Eric: Puso una empresa de tranvías en el balneario Las Cañas, no funcionó y ahora maneja el avión de Puritas.

Octavio: es cuidacoche en el Cerro del Verdún, se toca.

Luciano: murió arrollado por una estampida de ñandúes en 18 de julio y Gaboto, su familia aún clama por justicia, el juez Baltasar Garzón abrirá una carátula en los próximos meses.

Espero Danielita que esta ardua investigación satisfaga tus deseos de conocimiento, desde ya, monoconescopeta te saluda y te desea un feliz día del pelotudo.

sábado, 16 de febrero de 2008

2 viejas

Diálogo imaginario posible entre dos viejas esperando el bondi, digo, me imagino, yo que se, ponele.

- hola Marta

- hola Elsa, ¿que es de tu vida?

- ay! No te imaginás, se nos cortó el cable con la tormenta terrible esa

- ¿con el temporal?

- si, ese

- ¿y es temporal?

- si, ya te dije

- ¿lo qué?

- ¿eh?

- entonces es permanente

- si, me la hice la semana pasada, ¿te gusta?

- ¿quién?

- el peinado

- me gusta más Sonsol

- ay! Es un guarango ese

- y eso que no me gusta el basketball

- a mi tampoco, todo el día picandola

- ay! Está lleno de mosquitos

- y es la época

- si, está lleno

- entonces lo dejo pasar y espero el próximo

- ¿el qué?

Movida nocturna

Estoy realmente muy indignado por los hechos que se han dado en los boliches de la Ciudad Vieja, debo decirlo sin pelos en la lengua, ni en el orto, que se le está prohibiendo la entrada a las personas basándose en su apariencia, ya sea en vestimenta, vello facial, por no ser bello facialmente, o por otros motivos de esta índole.

El otro día, sin ir más lejos (íbamos a ir a Pando pero no fuimos al final), me dirigí junto con un grupo de amigos vestido oportunamente a efectos de que se me prohiba la entrada, dicho y hecho, mis amigos prolijamente perfumados y acicalados ingresaron como pericos por sus casas y a mi me detuvieron en la puerta, allí comprobé esta semejante canallada con mis propias vistas. Pero esto no me conformó, mi alma de periodista, mi dedicación a informarlo a usted lector de monconescopeta y el frío del carajo que hacía afuera me llevó a escabullirme inteligentemente e ingresar escondido bajo la falda de una de las meninas de Velázquez.

Ya en el interior observé como el ambiente era elitista y soberbio, comencé a sentir nauseas por lo que veía, mis propios amigos habían sido arrastrados a semejante comportamiento, sus rostros no eran los mismos, la forma de agarrar el vaso, la forma de tocarse el pelo, la forma de manotear un orto, todo era distinto, de pronto descubrí que muchos de ellos hasta sabían bailar y todo.

Era importante actuar rápidamente antes de que fuera demasiado tarde, así que me abrí paso entre la muchedumbre y efectuando una jugada maestra logré llegar hasta el diyoki (un japonés que pasa música) y apuntándole con un pomo de salsa golf que siempre llevo por cualquier eventualidad lo obligué a apagar la música completamente, el ponja cumplió con mi solicitud y en ese momento pude observar como todos volvían a ser normales, mis amigos eran los mismos pelotudos, una rubia se rascó una teta mientras volvía en sí, y por la expresión de unos cuantos de la punta y el éxodo hacia el otro lado del boliche creo que un gordo hasta se tiró un pedo. Los propietarios del local comenzaron a desesperarse y me envíaron toda la seguridad (¿seguridad?).

Minutos después tuve que irme por razones de fuerza mayor (los patovicas eran mucho más fuertes que yo y me cagaron a voleos en el orto), de este modo abandoné el recinto, también abandoné el cinto que me lo había sacado para peleármelo a uno que medio se me retobó.

Pero me fui lleno de orgullo, casi sintiéndome un héroe de la noche, que casi hace entrar en razón a un montón de gentes. Ahora sigo buscando la justicia en los rincones más recónditos de la ciudad junto a mi fiel ayudante Diyoki.

lunes, 11 de febrero de 2008

La zapatería de Boris

Ramonchu dio un salto y se levantó de la cama con el pie derecho, salió, quebró la esquina y compró “El País”. Lo primero que leyó como siempre fue la sección del horóscopo. Era de aries desde que nació y para ese día se vaticinaba pura alegría y felicidad. Decía textualmente en la página 26 del diario del día 28 de abril del 2005: “Usted tendrá un buen día”

–Bien- se dijo ya con una gran certeza revelada desde la mañana. Se fue a trabajar en el 181, trabajaba como pintor de letras en una panificadora, él pintaba letras en las tortas. Al salir exhausto tras una larga y agotadora jornada se dirigía hacia la casa de su novia Ana Obregón, justo una cuadra antes de llegar lo encararon 3 muchachos le dijeron: “danos esas bases pelao o sos boleta”. Ramonchu no estaba en la movida y no pudo decodificar el mensaje e inconvenientemente puso cara de no entiendo, los muchachos siguiendo su tono amable le aclararon: “los championes pelao”. Ramonchu no se preocupó y comenzó a buscar el diario y su cédula, con lo que les demostró que tenían que rever su actitud ya que Boris Cristoff pensaba que él debía tener un buen día. Los muchachos lo entendieron y desde ese día antes de incursionar en la noche leen el horóscopo y le preguntan a la gente de que signo es. Se rumorea que van a medias con Cristoff porque desde entonces cada vez son más comunes las predicciones de “A usted le van a afanar los championes”

// marcaperro #3

viernes, 8 de febrero de 2008

4 tipos somos leyenda

Hoy he decidido recordar un acontecimiento en el cual 4 individuos marcaron un antes y un después en la historia. Estos 4 seres a los que me refiero son: Rodrigo "Lolo" Jasa, Pablo "Pato" Travers, Rodrigo "Rolo" Del Campo y quien les habla; Gastón "Varilla" Varela. Procedo a contar la historia que convierte en leyenda a los anteriormente mencionados.

En una noche que parecía ser como cualquier otra, ya la mágica previa había pasado, me encontraba en la puerta de Pogo acompañado del Pato viendo como cientos o miles de personas se sacaban los ojos para conseguir entrada, esperando tener la habilidad para colarse en la fila sin recibir recriminaciones y pagar los 80 pesos de la entrada en cuestión que les permitiera ingresar en el recinto.

En un momento se me acerca el Rolo, quien había recibido una llamada a su celular del Lolo, este le comunica que había recibido de buena fuente la información de que en el cerco del fondo de Pogo había una grieta por la cual se podía ingresar de forma clandestina al establecimiento. Este nos informa de esto y al instante se nos suma el Lolo y los 4 sin dudarlo decidimos efectuar el operativo, emprendimos camino en dirección a la Aguada, como yendo para la casa que alquilamos, sabíamos muy bien que 4 era el número indicado, no podíamos sumar más gente a la misión; 4 eran los magníficos; 4 los jinetes del Apocalipsis; 4 eran los cuatro fantásticos. Nada podía fallar, pero debíamos ser precavidos, corría el rumor de que los alrededores eran custodiados por unos jinetes en unos equinos de porte intimidador, acompañados por una jauría de perros que seguramente nos devoraran sin dudarlo, todo esto no importaba, nos sabíamos capaces de realizar la gesta.

Por todo esto no podía sumarse nadie, y por eso mismo fue que al iniciar camino nuestro amigo Martín “Baya” Bayarres nos cruzó y seguramente vio en nosotros un aspecto aventurero e intrépido que le hizo preguntarse y preguntarnos: ¿donde van?, la respuesta fue tan unánime como inexistente, prácticamente lo ignoramos (mala nuestra) pero ya éramos 4, la gloria solamente era para nosotros.

Seguimos camino por el costado de la ruta, cuando nos encontrábamos a unos 50 metros de la pared lateral del establecimiento consideramos esta distancia suficiente y nos adentramos en el bosque dirigiéndonos en forma paralela a la pared lateral de Pogo, cuando solamente nos habíamos adentrado unos pocos metros me suena el celular; era el Baya insistiendo con su pregunta anterior, en este caso lo atendí y le respondí que luego le decía; que no podía hablar en ese momento, todo en voz muy baja, cual francotirador en la selva vietnamita. Continuamos camino por el bosque, unos metros más adelante decidimos camuflarnos con el paisaje, era propicio quitarse las camisas y las remeras y llevarlas en la mano, había que ser parte de la naturaleza para que la misión no fracase, así que lo hicimos.

Avanzamos 2 metros solamente y el que encabezaba la expedición era el Rolo, yo iba en la retaguardia debido a la llamada del Baya, en ese momento el Rolo se detuvo, a unos metros y bordeando la pared lateral unas sombras avanzaban en dirección al frente del local, y lo hacían rápido, observamos en silencio, y detrás de estas sombras dos sombras más grandes las seguían, cada vez más de cerca, eran los jinetes persiguiendo a un grupo que había fracasado en su intención de realizar el operativo. Las razones de este fracaso eran varias y muy obvias; la poca distancia entre los integrantes de la operación y la pared, y principalmente la cantidad de integrantes (muchos más que 4).

Lo claro es que en ese momento se nos presentó la oportunidad, nos dimos cuenta lo paradójica que es la noche, el fracaso de unos es el éxito de otros, en este caso nosotros veíamos como los jinetes descuidaban sus espaldas, supusimos que la pared del fondo estaría sin guardia, por lo tanto tomamos la decisión y corrimos en esa dirección a muy alta velocidad, la condición de futbolista de los 4 nos jugó altamente a favor en ese momento, alcanzamos una velocidad importante, corríamos sobre cualquier tipo de irregularidades en el terreno, hasta que llegamos a la pared del fondo, la cual como lo suponíamos se encontraba descubierta, era el momento de actuar, pero ahora empezaba la parte más importante: encontrar la grieta en el cerco. ¿Y si no existía? ¿Y si la habían tapado? El tiempo corría y los 4 tanteábamos la pared buscándola, los nervios aumentaban, estábamos indefensos ante la vuelta de los jinetes y sus perros. En un momento el Lolo propone convencido que nos volvamos a colocar las remeras, según él "para disimular", aunque yo me pregunto como hacen 4 tipos en el medio del bosque, del lado de afuera de un boliche, contra la pared del fondo de este, en noche cerrada para disimular, pero igual lo hicimos. Casi enseguida de esto ya estábamos por tomar la decisión de trepar el vallado de madera que constituía la pared porque no habíamos encontrado la grieta que buscábamos, nuestras miradas ya se dirigían hacia la parte superior viendo con resignación que era una altura casi imposible de trepar, los nervios aumentaban, éramos presa fácil y el tiempo corría, ya hacía como un minuto que estábamos ahí aunque parecían horas. En ese momento no recuerdo quien vio la grieta en la pared y rápidamente nos dirigimos a ella y abriéndola con una mano y con las camisas a medio poner "para disimular" ingresamos en el lugar. No recuerdo haber observado los rostros de quienes se encontraban ahí, eran muchos, ya que el lugar se encontraba hasta la quena de gente, pero pagaría para verle el rostro a quienes vieron aparecer casi por arte de magia a 4 tipos de la pared.

En el momento que entramos procedimos rápidamente a mezclarnos en la muchedumbre, así que tomamos camino hacia la pista más cercana hasta estar completamente seguros de no ser descubiertos. Lo habíamos logrado, había que vernos abrazándonos como si le hubiéramos hecho un gol a Brasil en el Maracaná, la euforia era inmensa, habíamos pasado a la historia, éramos a partir de ese día los 4 que se habían colado en Pogo. Desde esa noche somos leyenda, se contarán historias a través de los años, seguramente gente que estuvo presente le hablará a sus nietos de nosotros, posiblemente se nos atribuyan poderes mágicos y hasta algún pacto con el demonio para dar explicación a este acontecimiento, pero todos sabemos que la magia no existe y que el Diablo no te compra el alma a no ser que seas político o contratista de fútbol, ah, o Escanlar.

A modo de cierre quiero decir que al día siguiente desde el lado de adentro fui hasta el lugar donde estaba la grieta y esta ya no se encontraba ahí, ¿la habían tapado?, ¿quien sabe? o quizás nunca estuvo ahí.